Lotte Wieringa (* 1991 en Nijmegen) forma parte de una generación joven y emergente de pintores de los Países Bajos. En sus obras, la artista explora la relación entre su mundo interior y las influencias externas. Utiliza su perspectiva subjetiva, mientras se deja guiar intuitivamente en el proceso de pintura. Las estructuras energéticas y rítmicas del lienzo se crean con la máxima apertura y fidelidad a lo que proporciona el flujo de la creación. El resultado son pinturas fascinantes que a menudo recuerdan a apariciones oníricas que exploran los límites de la percepción y el reconocimiento.

Wieringa trabaja con diferentes materiales, algunos de los cuales utiliza de forma experimental. Aplica pintura al óleo azul ultramar de tal manera que se asemeja a trazos toscos de bolígrafo. Para ello, la artista desarrolló su propia técnica de impresión, en la que aplica la pintura sobre el lienzo de forma indirecta. Estas líneas rítmicas y raspadas, a veces muchas y otras pocas, forman la base de cada pintura. Ellos marcaron la pauta para el resto del trabajo.