Julien
Saudubray
Julien Saudubray nació en París en 1985. Vive y trabaja en Bruselas. Estudió Bellas Artes en la Ecole Nationale Supérieure des Beaux Arts de París, en Francia. Ha tenido residencias en MAAC, Bruselas, Fondation CAB, Bruselas, y Fondation Boghossian, Bruselas, entre otros. Algunas de sus exposiciones individuales recientes han sido en Anna Zorina en Los Ángeles, EE. UU. (2022), NBB Gallery, Berlín, Alemania (2022), COB Gallery, Londres, Reino Unido (2023) y Valerius Gallery, Luxemburgo (2023). Algunas de sus exposiciones colectivas recientes han sido en Carvalho Park Gallery, Nueva York, EE. UU. (2024), Les Îles Mardi, Bruselas, BE (2023) y Liga Pontos, Tropigalpão, Río de Janeiro, BR (2023).
La práctica de Julien Saudubray está arraigada en una extensa experimentación con los parámetros que definen la pintura como medio artístico autónomo. En lugar de aceptar las nociones rígidas, yuxtaposiciones y categorizaciones que conforman el canon de la pintura, su trabajo está impulsado por un interés en mezclar la abstracción, la figuración y la materialidad de la pintura. El trabajo de Saudubray emprende una deconstrucción sistemática de la pintura, no para destruir, sino para desplazar y construir una crítica en movimiento. En el trabajo de Julien Saudubray, el proceso es mucho más importante que la imagen resultante. Reduce su subjetividad a un gesto mecánico. Se enfoca en las reacciones en papel y lienzo, y observa las reacciones físicas entre el pigmento y los materiales. Las capas muy diluidas de pintura provocan una inestabilidad de la imagen, con cada nueva capa tratando de borrar la capa anterior o agregar una nueva. Temiendo las separaciones estéticas que aún son convincentes para los pintores profesionales, el artista ha estado intentando cambiar formas para experimentar la abstracción, la figuración o incluso la pintura como objeto, usándola como material crudo, un líquido coloreado o una fuente de luz. Los múltiples significados conceptuales del medio siempre lo han apasionado mucho más que tener un estatus de pintor. Reduce su propia subjetividad a un gesto mecánico y las capas de color como un barrido significativo de izquierda a derecha en un formato definido. El artista intenta reducir la pintura a una acción, un verbo, barrer, lijar, limpiar, agregar. Al mismo tiempo, se convierte en creador y espectador de su propia obra, liberado de cualquier pensamiento y elección personal.