Haroshi
Haroshi es un artista que, desde 2003, se dedica a crear obras únicas de escultura e instalación con piezas de cubiertas de monopatín usadas. Sigue recibiendo muchos elogios por su trabajo, como su colaboración con la marca callejera HUF, dirigida por el carismático patinador Keith Hafnagel, así como la celebración de exposiciones en Nueva York, Los Ángeles y Londres, reconocidas al recibir el trofeo BATB* como uno de los pocos artistas que encarnan lo más profundo de la cultura callejera contemporánea. La producción de la obra de Haroshi comienza con la recogida de decks (tablas) desgastados que suelen desecharse mediante la colaboración de su red de amigos y tiendas de monopatines, a cambio de proporcionarles sus camisetas y pegatinas de diseño original. Las obras que se presentan en la exposición se crean apilando estas tablas usadas en capas para formar un bloque del que se esculpen formas, así como ensamblando piezas de distintos tamaños que han sido cortadas de las tablas de forma similar a un mosaico. El propio Haroshi, que ha sido patinador desde la infancia, es muy consciente del extenso entrenamiento que se necesita en el proceso de dominar varias técnicas de monopatín. Además, a partir de esta experiencia, ha desarrollado varios vínculos con su monopatín como compañero significativo en su crecimiento. Cuanto más en serio se dedica uno al monopatín, más se estropean y desgastan todas sus piezas, lo que acaba provocando su rotura. Aun así, Haroshi había guardado su gastado monopatín en su habitación sin tirarlo, y menciona cómo un día lo vio y se le ocurrió la idea de utilizarlo como material para crear obras. La razón por la que las obras de Haroshi despiertan una profunda empatía no sólo entre los habitantes de la cultura del monopatín, sino también entre la gente de todo el mundo, es porque la obra no es un mero medio de reciclaje, sino que es en realidad un aparente acto de salvación que se deriva del afecto personal del artista hacia el monopatín.