Stickymonger es una artista afincada en Nueva York cuyos murales gigantes transforman espacios ordinarios en inquietantes universos paralelos de ensueño. Mirando a los grandes ojos de sus personajes inspirados en la animación, el espectador es invitado a explorar la interacción de la oscuridad y la luz, así como la tensión entre la inocencia y el miedo, la feminidad y la ansiedad. 

Los primeros murales de la artista se creaban con cientos de pegatinas de vinilo, meticulosamente unidas, pieza a pieza. El método servía para crear la sensación de que cada imagen se fundía y fluía, como un río de tinta por las paredes de una galería. Esta oscura fluidez en el centro de la obra de Stickymonger se inspiró en su juventud en Corea del Sur, donde -creciendo en una casa junto a la gasolinera de su familia- el universo imaginativo de la artista se formó mientras jugaba a la sombra de los bidones de petróleo y miraba los reflejos de densos charcos negros de petróleo.

Actualmente, Stickymonger ha ampliado su obra más allá del vinilo para incluir otros medios como la pintura en spray y el acrílico. A medida que sus métodos evolucionan y cambian, sigue ofreciendo al espectador un portal a un mundo de sombras surrealista de contradicciones: tan atractivo como ominoso, tan delicioso como desconcertante.