Judith
Grassl
Judith Grassl vive y trabaja en Múnich (1985). Sus cuadros tienen múltiples capas: superposiciones de colores y formas, diferentes puntos de vista, estancias virtuales y físicas. Fragmentos de imágenes se funden en espacios visuales con los que pone en escena cuestiones sobre el tiempo y el cambio. Perspectivas desfasadas temporalmente se encuentran en un plano bidimensional y tridimensional. En una especie de cámara lenta, examina diferentes niveles visuales de la realidad en el proceso de pintar.
Al hacerlo, investiga la recepción y el poder simbólico, así como las relaciones interpersonales mutuas de los fragmentos de imágenes, e ilumina su contexto social y su transformación. El proceso de creación de sus cuadros se basa en el principio del collage, que le permite crear una variedad de dimensiones en sus imágenes, paralelizar diferentes perspectivas y crear una nueva conexión entre estos niveles. Grassl utiliza collages tridimensionales de imágenes históricas y otros materiales visuales como bocetos, los recorta, deconstruye y vuelve a montar, dejando en parte estructuras pictóricas y en parte formas fragmentarias sobre papel blanco. De este modo, establece un equilibrio entre los niveles temporales y las condiciones de iluminación, la figuración y la abstracción, así como la claridad y la ambigüedad.