Artista australiano polifacético, figura central de la vanguardia digital londinense, retratista abstracto apasionado por las técnicas de los maestros clásicos, Ry David Bradley (nacido en 1979) es un extraterrestre multidisciplinar en el mundo del arte contemporáneo.

Es imposible reducir su obra a una sola definición, ya que es muy plural. Es a la vez una fotografía tomada in situ, de amigos o de rostros que le intrigan, pero también un archivo digital que reelabora en su tableta gráfica. La creación se convierte entonces en fungible, criptográfica, virtual, como los NFT (Non Fungible Tokens) que se están imponiendo poco a poco en el mundo del arte y en el blockchain. Al final del camino, la obra acaba encontrando su dimensión física en un taller japonés donde los efímeros píxeles microscópicos se convierten en grandes tapices que durarán siglos. En un movimiento radical para la exposición de París, las obras están disponibles de ambas maneras: el archivo original de la pintura acuñado como una NFT en la blockchain de Ethereum a través de SuperRare, y el tapiz físico en la pared de la galería, ambos disponibles juntos en un solo clic a través de
MetaMask.

Ry David Bradley juega con los límites entre el mundo digital y el físico, al tiempo que crea un paralelismo entre el algoritmo digital de un archivo de Photoshop y los códigos de un telar. Detrás de las dos versiones de la obra se esconden miles de datos, redes, enlaces. Como se puede ver, hay tantas formas de mirar, aprehender y entender la obra como de concebirla. De cerca, la esencia de la composición se nos escapa al perdernos en el infinito pixelado de una imagen de baja definición con superzoom. Necesitamos dar un paso atrás, alejarnos, para percibir mejor el tapiz en su totalidad. Entonces todo cobra sentido y, entre los hilos rojos, verdes y azules, surge una impresión 3.0.