Ania Hobson (1990, Reino Unido)

La historia de la mujer como musa y objeto de contemplación, representada y modelada por la mirada masculina, se remonta a la historia de la pintura misma. Los cuadros de Ania Hobson contrarrestan esta narrativa de una mujer pasiva, perdida e insegura que se sigue reproduciendo hoy en día y se oponen al estereotipo obsoleto con poderosas expresiones de ferocidad, independencia y autodeterminación.

Sus figuras desprenden una belleza arraigada no en su apariencia estética, sino en su presencia intocable, en sus posturas y -sobre todo- en sus fuertes expresiones faciales que están en el centro de la narrativa en evolución. Hobson capta momentos de situaciones sociales en las que -por unos instantes- nuestros rostros dicen mucho más de lo que creemos. Los escenarios evocan cierta familiaridad y podrían surgir de nuestros propios recuerdos subconscientes, de sueños o de observaciones cotidianas.